Nuestra aventura por Siberia y Moscú del pasado verano nos dejó muchos recuerdos y anécdotas curiosas. En este artículo recopilo 30 cosas que, por alguna razón, nos llamaron la atención.
1. Una barra de salami en la cinta transportadora, con su etiqueta identificadora y todo.
2. Un niño pagando con tarjeta. En la cafetería de la estación de trenes de Jabárovsk había una madre y su hijo, que no tendría ni ocho años, sentados al lado de nuestra mesa. La mujer llevaba comida solo para ella y se puso a comer. De pronto, sacó su tarjeta bancaria y se la dio al niño diciéndole «ve a comprarte tú algo».
3. Casas construidas sobre pilares. Debido al permafrost, en Yakutia construyen los edificios sobre pilares de hormigón, dejando un hueco de más de un metro entre el suelo y el primer piso.
4. Dos hombres dejando tirado a un borracho en unos setos. En nuestro primer paseo por el recinto donde se celebraba el festival Ysyakh vimos a dos hombres llevar a un borracho en brazos, tirarlo al suelo, arrastrarlo por los brazos hasta unos arbustos y dejarlo allí tirado a la sombra solo a que se le pasara la castaña.
5. Un hombre haciéndose pasar por vendedor en una tienda. Al entrar en un supermercado en Yakutsk vi a un hombre dormido sobre el congelador de los helados. Le llamé la atención y se despertó todo asustado, preguntándome que qué quería. Le pedí galletas, me las dio, pero luego le pedí leche y me dijo «para eso tienes que esperarte a que vuelva la chica. Yo no trabajo aquí».
6. Coches calcinados en los jardines. En varios trayectos del transiberiano vi un montón de vehículos calcinados en los jardines y patios traseros de las casas. Me he quedado con las ganas de saber por qué los tienen ahí.
7. Un hombre bañándose por la noche en un río a oscuras a las afueras de Chitá.
8. Chicos demasiado jóvenes para llevar dientes de oro. En el trayecto a Irkutsk iban prácticamente solo jovencísimos soldados, muchos de ellos con al menos un par de dientes de oro.
9. Gente fumando junto a depósitos de líquidos inflamables en las estaciones de tren. Todo un clásico. Si hay algún cartel que prohíba hacer algo, no dudes de que verás a gente haciendo precisamente lo que se prohíbe hacer, allí donde está prohibido.
A classic image at Siberian railway stations: lots of cargo trains containing fuel, gas and all sorts of flammable substances and people having a smoke next to them, and even throwing the butts to the rails, not giving a shit. Молоци, ребята! #welldone #Russia #train #dangerous #crazystuff #cargo #instamoments #Russians #Khabarovsk #Transsiberian #instarussia #travelgram #backpacking Una publicación compartida de Irene – Piggy Traveller (@piggytraveller) el
10. Comer helado de postre a las cuatro de la mañana. Esto no solo lo vi, sino que yo también lo hice, ya que nos sirvieron helado como postre después del desayuno en un vuelo nocturno.
11. Un «taxi» con el maletero lleno de herramientas. Entrecomillo «taxi» porque era, básicamente, un coche particular sin ningún tipo de identificación como taxi.
12. La palabra «Victoria» escrita con enormes letras blancas en una colina cerca de Chitá.
13. Gente envolviendo maletas con plástico transparente de cocina. Los rusos están obsesionados con envolver las maletas en los aeropuertos y se presentan allí cargados con rollos de plástico transparente de casa y se ponen al lío.
14. Muchos niños con sandalias y calcetines largos. Yo pensaba que el récord de gente con sandalias y calcetines lo tenía el Reino Unido o Alemania, pero no, lo tiene Rusia. A excepción de Moscú, en todos los lugares que visitamos vimos a niños con sandalias y calcetines, algunos incluso con calcetines largos.
15. Un reloj de pared que imita al Big Ben. Llegar a nuestro piso en la remota Yakutsk y ver un reloj del Big Ben en la habitación nos dejó un poco descolocados.
16. Un cartel de una escuela de danzas irlandesas que se llama Inverness. Destila profesionalidad y conocimientos geográficos a raudales.
17. Un glaciar aún congelado a finales de junio. Caminar por encima de la superficie helada del glaciar Buluus en Yakutia a más de treinta grados y en manga corta ha sido una de las experiencias de viaje más curiosas que he tenido hasta ahora.
18. Un hotel bajo las gradas de un antiguo estadio de fútbol. El hotel en el que nos alojamos en Jabárovsk fue el más original y curioso de todos. Se ubica en un parque prácticamente vacío con una noria que da bastante yuyu. El techo de las habitaciones era escalonado, ya que las gradas del estadio estaban justo encima.
19. Coches chocantes flotantes.
20. Calzoncillos para hombres gordos. En el escaparate de una tienda de ropa interior en Ulán-Udé había calzoncillos para gordos. La caja lleva el siguiente mensaje: «Fat men’s underwear», acompañado de la foto de un hombre gordo con sombrero que pretendía ser italiano.
21. Gente cruzando las vías con bolsas de la compra sin prisa ninguna.
22. Gente en el medio de la nada que no se sabía muy bien de dónde venía o a dónde iba, porque no se veía ningún pueblo cerca, ni estación ni nada.
23. Una cabra suelta al lado del edificio de la empresa de trenes.
24. Una jaula de plástico con caracoles en el baño de nuestro alojamiento en Irkutsk. No sé para qué. No quise preguntar, ni quiero saber qué hacen con ellos.
25. Gente bañándose en el río Amur, en una zona donde está prohibido bañarse.
26. Un coche pitando a un discapacitado en un paso de peatones de Irkutsk. Según nuestra experiencia en general, puedo decir que muchos conductores rusos no respetan a los peatones, por desgracia.
27. Una camarera llevando un jarrón a una mesa. En la terraza de un restaurante de Irkutsk había una pareja joven sentada junto a nosotros con toda la pinta de estar en una primera o segunda cita. Él le había comprado flores a ella y le pidió a la camarera que llevara un jarrón con agua, no se fueran a estropear o algo en la hora y media que estuvieron allí.
28. Vendedores extranjeros con altavoces al cuello. En los alrededores de la estación de Belorusskaya de Moscú vimos a chicos jóvenes de Asia Central portando altavoces al cuello por el que sonaban mensajes pregrabados en ruso tipo «barato, barato».
29. Establecimientos con demasiados empleados. En muchas de las tiendas y cafeterías a las que fuimos me di cuenta de que había demasiados empleados para el número de clientes. Fuimos a locales de distinto tipo y a horas muy diversas, pero casi siempre la mitad de los empleados estaban ociosos sin hacer nada en un rincón, o incluso sentados en una de las mesas charlando.
30. Parejas de recién casados haciéndose fotos en el centro comercial GUM. Es un sitio espectacular, pero no le encuentro yo el toque romántico o personal a un centro comercial gigantesco en plena plaza Roja y lleno de gente hasta los topes.
Guarda el artículo en Pinterest:
© The Curiolancer. Todos los derechos reservados.
Echa un ojo también a estos artículos:
El hostal de San Petersburgo
Fui a Rusia por primera vez en el año 2006 y visité San Petersburgo y Moscú en un grupo de nueve amigos que viajábamos desde Tallin en una larga ruta nocturna en autobús. Habíamos reservado alojamiento en un hostal céntrico recomendado por una chica francesa que...
Diario de Siberia VIII: Irkutsk y el lago Baikal
Día 1 Llegamos a Irkutsk casi a las cuatro de la tarde. Cuando el tren se va acercando a la ciudad veo un puente grande sobre el río Angara y enormes bloques de pisos. En la estación se bajan muchos soldados y hay reencuentros familiares con abrazos, besos, flores y...
Diario de Siberia VII: Ulán-Udé, la capital de Buriatia
Llegamos a Ulán-Udé por la mañana temprano procedentes de Chitá. A pesar de haber tenido una noche tranquila en el tren estamos cansadísimos y venimos con ganas de ducha, así que no nos importa pagar extra para entrar en la habitación antes de las doce. Como mañana...
Irene Corchado Resmella
Traductora jurada y jurídica de inglés (ICR Translations) especializada en derecho de sucesiones de Inglaterra y Gales, España y Escocia. Autónoma. Residente en el Reino Unido desde 2011 (Edimburgo < Oxford < Londres < St Albans). Casada con escocés. En Instagram: @curiolancer.